AUTORA: Danna Martínez
GRADO: UNDÉCIMO
ATENAS UNA CIUDAD EN LLAMAS
Esta historia comienza a mediados del año 300 a.C donde existía una pequeña ciudad llamada Atenas, en ella vivía una sociedad tranquila y pacífica que seguía las órdenes de su rey. Llevaban una vida de paz y libertad acatando las leyes ya existentes.
En la región de los bárbaros vivía un imperio formado de violencia donde existía una lucha de todos contra todos por sobrevivir, de esta pequeña región nació un niño llamado Ares, pero este no era un niño como todos, él era un Dios, ya que, su padre era Zeus quien era dios de los dioses, el gran dios del olimpo y su madre era Hera, Diosa de matrimonio y de la vida familiar quien también era muy importante en el olimpo. A medida que Ares fue creciendo se fue volviendo un asesino sangriento y conquistador de castillos, él generaba el caos y hacía que todos siguieran los pasos de él, debido a que la sociedad lo veía como un Dios, pero no sabían el mal que estaban causando.
Ares se convirtió en el máximo rey y gobernador de la región, este usaba a los hombres para ir a guerras a ganar y les daba los suficientes materiales para protegerse y enfrentarse a los demás, cuando iba a conquistar nuevos reinos, creaba nuevas armas teniendo en cuenta los puntos débiles de sus oponentes.
En Atenas estaban pasando por una pequeña crisis económica, social y política que llevó al pueblo a hacer una protesta y así bajar a su gobernante por no cumplir lo que acordaron, esta era la única forma en que el pueblo estuviera libre y en paz. Ares apenas se enteró de la noticia lo primero que hizo fue analizar como atacar, aunque ya tenía muchas partes de Grecia a su mandato no había podido gobernar Atenas ni atacarlo debido a que no había este tipo de conflictos, y él siempre había querido conquistar Atenas. Cuando esto ocurrió su rostro reflejó felicidad ya que, vio su oportunidad y no la iba a desaprovechar. Mandó a hacer sus armas y preparó a sus hombres, para así poder derrotar y gobernar Atenas. Una noche prepararon su salida de la región para dirigirse a la tierra que iba a conquistar y llegar en la madrugada para que así nadie se diera cuenta del malévolo plan que tenían. Llegó el día y todo su plan salió perfecto, esperaron un día entero debido a que el viaje fue agotador y necesitaban recargar fuerzas para no perder la batalla. A la mañana siguiente no dudaron en actuar de forma violenta hacia el gobernante que el pueblo quería destronar debido al incumplimiento, estos apoyaron sin saber todo el caos que existiría después de que Ares reinara.
El gobernante no dudó en mandar a su ejército a batallar, hubo muchas muertes, fueron días de guerras que atormentaron aquella ciudad pacífica y tranquila, Ares ya estaba seguro de que iba a ganar, a este no le importaban las bajas de su ejército ni mucho menos las del enemigo, él solo quería gobernar costara las muertes que costara, él lo iba a lograr debido a su ambición. El gobernante al ver que ya eran demasiadas muertes y su tropa cada vez estaba más débil decidió salir a combatir, este no duro mucho, Ares apenas lo vio combatir decidió ir a asesinarlo el mismo para así aumentar su ego y mostrar quien iba a mandar, este finalmente lo logró y las personas que sobrevivieron de ambos ejércitos se unieron para así ser uno solo y proteger a Ares. Todo el pueblo fue feliz al ver que su gobernante ya no estaba, pero no contaban que ahora Ares sería su nuevo rey, estos al ver tanta violencia no generaron ningún tipo de revuelta ya que, vieron que si hacen algo fácilmente los podrían asesinar. Ares finalmente gobernó esta ciudad y logró hacer todo lo que él quisiera ya que, todos tenían miedo de lo imponente que podría llegar a ser.
La sociedad ya no vivía tranquila ni libre desde aquel día; no sabían que hacer ante la presencia de este dios, nadie los quería ayudar por miedo a enfrentarse a él o a su ejército sangriento. Desesperados y sin poder escapar de la realidad por fin llegó un cambio. Surgió un líder con ideas modernas que no lo dejo reinar más y finalmente murió en un combate protegiendo lo que le pertenecía.
Fin.