Autor: Emanuel Andrés Ardila Vesga
Había una vez en la sabana una serie de animales que compartían el lugar. Entre ellos habitaban el león, un ratón, jirafas, aves, entre otros. La relación entre el ratón y el León no era la mejor, pues siempre se le despreciaba al ratón por ser pequeño y supuestamente no tenía habilidades de supervivencia como los demás.
Un día el león hizo un plan para que el ratón fuese expulsado del lugar, como se aproximaban los tiempos de sequía cada uno había guardado alimentos en su casa, entonces el león, muy malvado en una noche oscura llegó y les robó toda su comida llevándola a una cueva secreta. Cuando amaneció, todos los animales se dieron cuenta que habían sido robados, entonces empezaron a señalar culpables. De inmediato el León postuló al pobre ratón, dando falsos testimonios, mencionando que él había escuchado ruidos y había visto precisamente al ratón haciendo de sus fechorías con la comida de todos.
Sin escuchar la opinión del pobre ratón, los demás animales también hicieron fuertes señalamientos, absolutamente nadie lo defendió. El ratón muy triste cogió lo poco que tenía y se marchó. Por el camino iba muy triste, cabizbajo, pues esa había sido su hogar por muchos años y a pesar de que él siempre estaba para ellos nadie lo había escuchado. De pronto, pisó un hueco y se cayó en una profundidad, donde todo era oscuro, hasta que por fin vio una luz. El ratón no habría los ojos, le daba miedo reconocer a dónde había caído, pues ya tenía bastantes problemas.
Resulta que cayó en una isla escondida, donde había mucha más diversidad de comida y todos se ayudaban mutuamente. Él les comentó la situación y a los nuevos integrantes les dio rabia, le dijeron que se quedara a vivir con ellos y que juntos compartían comida, entre todos ya tenían mucha acumulada para los tiempos de sequía. Estos nuevos compañeros, tenían unas características muy distintas, eran gigantes, con super poderes y tenían todo el lugar muy bien cuidado. El ratón se siguió adaptando, dio tan buenas ideas que fue elegido como el rey del lugar, siempre escuchaban a los demás y solucionaban los problemas por medio del diálogo.
De repente, el león cayó en aquel lugar, el ratón de inmediato lo reconoció, pero estaba muy delgado, sin fuerzas y pedía que por favor le dieran agua, pues tenía días sin beber el líquido preciado. De inmediato el rey Ratón dio su indicación para que fuese muy bien atendido. Cuando él despertó, preguntó que quien era el líder del lugar; los demás señalaron al ratón. El león se sintió muy sorprendido, pues nunca se imaginó que el ratón pudiera liderar tan hermoso lugar. De inmediato pidió perdón, reconoció que sin importar las diferencias no se puede señalar, ni juzgar a los demás pues no se sabe más adelante si se necesita de su ayuda.
Así fue, el León pidió disculpas de corazón y le confesó lo que había hecho con la comida, pero también le pidió ayuda porque ellos ya no tenían cómo alimentarse. De inmediato el ratón dio indicaciones para que fueran a la sabana en búsqueda de sus demás compañeros. De esta manera, se pudieron compartir la comida y sobrevivir a la sequía.